lilim

El hilo rojo que ata nuestros cuerpos

Se hunde lentamente en mi carne

Déjame olvidar el dolor del silencio

Pues te quema el día y arde el sol

El odio del silencio.

No quiero volar en tu mismo cielo

Si esto significa no ver las estrellas fugaces

Extintas con el tiempo que corre en tu vuelo

No quiero volar en tu mismo cielo

No quiero tocar tu mismo aire,

 Pues no duele y no vivo

La sobriedad de este mundo me ahoga

No quiero tocar tu mismo aire

La tierra que pisas se cae a tus pies

La suciedad que amansas muerde

Y por último, déjame vivir sin tu ausencia.

inconsciencia

No recuerdo la última vez que supe despertar sin volverme a dormir al ver la sombra del mundo asomar por los recovecos de mis esquinas, quiero volver a cerrar los ojos

Quiero volver a la insensibilidad del sueño y tocar la suavidad de las paredes de mi consciencia, quiero volver a cerrar los ojos

Necesito olvidar cómo la realidad araña mi cuerpo de cristal y lo raya, quiero volver a cerrar los ojos.

Quiero dormir con tu calidez y no volver a despertar. 

Nada.

La inspiración esta noche no es para mí

Ni la luna ni el sol

Ni la luz ni la sombra

No es para mí.

Luminiscencia

Me da igual volver sobre mis pasos, retomar viejos caminos

Si ellos estaban llenos de felicidad

Este sitio se queda demasiado impregnado de tus manos

Este sitio llamado paraíso no es para mí

Sus muros son demasiado altos

Y su puerta, demasiado estrecha

Este sitio llamado paraíso no es para mí

La luna no se ve desde aquí

Sus muros son demasiado altos

.

El sonido del silencio puede llegar a ensordecer

Si los latidos del corazón componen su ritmo

Si la única melodía es... 

Nada.

Si la nada sigue siendo todo lo que poseo

Salvo una bocanada de aire frío

Salvo el suave susurro de mi soledad declarando su totalidad. 

Salvo... 

¿Salvo que?

Salvo las palabras.

Sin título coherente

Recuerdo

Cuando los muros de mi consciencia quedan demasiado estrechos

Y mi alma no podía contener el silencio sordo que se aglutinaba

Haciendo de mi sueño una melodía imposible.

Pero le duelen los ojos de no ver

Le duelen los labios de no gritar.

No elegí dormir y vivir soñando

Mirar y seguir caminando. 

Cuando hay tanto polvo en la belleza

Que amarla ya no es opción.

Prométeme.

Prométeme ser mis días y mis noches

El sonido agónico de mi voz contra el suelo

Pues siento el lastre de mi vida huyendo

Prométeme ser la luz clavada en mi mente

La cruz de mi mente demente

La tranquila sensación del sueño inducido

Pues debes saber que el silencio cosido

De un mundo que agoniza herido

Y una cosa más,

prométeme ser para siempre.

Quédate Aquí

He llegado a caer en lo más oscuro del cristal que veta tus ojos,

Para volver a recobrar la consciencia llena de amarres dolorosos

Quiero espantar de la arena el dolor

Volver a sentir el acto suicida de mis manos trazando un surco en tu aliento

Siento la necesidad de inmolarme en mis recuerdos llenos de locura

Divagar por los copos de nieve que conforman la belleza de cada día

Despertar cubierta del silencio que conforma el mundo

Ser parte del reguero de sangre que discurre por tu boca al hablar de amargura

Pero ante todo, correr por el suelo en descomposición de esta sombra sombría.

Solsticio

Miró hacia el cielo con los ojos nublados

-Hoy el sol parece apagado-

Algún demente habrá soplado en tu mecha

Pues yo soy la voz de la brisa entre los árboles

Y tu corazón pesa como un canto helado.

Ya no te veo brillar, criatura

Ya no te veo.

Dulce transgenia.

Me escondo entre los confines de una rosa

Del color de donde tú quieras

Vivo en las vibraciones del cristal en tu boca

Que pende de la hipocresía del cielo.

Pues no necesito amor para vivir

¡Que bello debe ser tu anhelo!

Estoy convencida de que estás relleno de cosas brillantes

Cosas que deslumbran y ahogan

Pues no necesito amor para vivir

Pero la compañía de la soledad ya me sabe a poco.

Resentimiento compartido.

¿Sigues vivo, en alguna parte del mundo?

Te habrá tragado la tierra en su intento de recuperación

De seducción, de emoción.

Añoro el baile de tu respiración.

Pero aún debemos aprender

Que no hay más que sueños en cielo

Y desesperación en el miedo

Que no hay más en la vida que un camino incierto

Que te encontraré feliz en algún momento.

Debemos saber, que la alegría es una máscara del tiempo,

Que te echo de menos.

Mentes impunes ante el juicio del tiempo.

Coexisto con mi propia negligencia

Desde que encuentro consuelo en el Sol

Desde que sus rayos adormecen mi locura

Trotamundos.

Deshonesta elocuencia va tirando de mí,

Tan mordaz que estoy dejando atrás mis ensoñaciones

Tan mordaz que ya no me reconozco.

Vivo en un cielo donde las nubes son de acero,

Donde el sol enfría mi piel

Donde mi brújula marca las 6

Donde los ruidos del exterior, no suenan.

Polvo

Para labios que mienten,

¿Qué es para ellos?

Para mí, ¿qué es para mí?

Salvo el filo en tus palabras.

O la danza de tu voz

Sobre mis nubes de asfalto permanezco

Observando los vastos páramos que suceden a tu paso

Y, ¿qué eres?

Salvo la soledad entre líneas

Salvo vacío en mi locura

¿Qué somos?

¿Yo? el viento entre las nubes

Polvo, somos polvo.